Me contaron que Pune era una ciudad muy industrial y lo primero que me imaginé fue una ciudad gris y caótica. Creo que ninguna ciudad india se salva de ser caótica pero Pune me sorprendió por lo
verde que es :) Árboles gigantes y selváticos por todos lados. De turismo solo visitamos el Aga Khan Palace donde Gandhi fue mantenido en arresto domiciliario.
Llegar a Pune desde Hampi (600km) resultó ser toda una aventura. El bus nocturno solo salió una hora tarde y las camas estaban mejor que las del bus de la noche anterior. Yo por lo menos dormí
super bien, hasta que el bus paró a las 5am en la mitad de la nada. Al parecer el chofer no había pagado impuestos en los últimos 11 meses. Un muchacho alemán que también viajaba con nosotros nos
dijo que nos bajáramos porque estaban sacando nuestras maletas. Karsten, quien estaba bastante cómodo leyendo metido en su sleeping bag se negó a bajar. Él iba a esperar al "Ersatzverkehr", es
decir, a que llegara el siguiente bus. Pequeño detalle, estábamos en la India y no en Alemania. Juan lo despabiló y bajamos finalmente. Otro indio que estaba con nosotros nos llevó a la carretera
donde paró otro bus. Después nos enteramos que era ilegal parar buses así y que tuvimos mucha suerte porque sino seguramente seguiríamos ahí tirados.
En todo esto yo no había ido al baño y aunque intenté no tomar nada, tenía que ir. El nuevo chofer paró pero en la mitad de la carretera donde se bajaron todos los hombres a mear! Y yo... ni
modo, a aguantar. Le dije a nuestro nuevo amigo indio que le dijera al chofer si podía parar en otro sitio y después de una larga media hora, así fue. Que alivio.
Después de 3 o 4 horas llegamos a Pune. Nos dejaron en la carretera y rápidamente nos volvimos el centro de atención de cuatro rikshaws. Después de una larga negociación, nos embutimos en el
vehículo. Maletas atrás, encima y nosotros como sardinas. El chofer conducía como un loco, como todos, y tardamos una hora en llegar al hotel porque no encontrábamos la dirección. Nos reimos
mucho.